Desde el momento en el que una joven está aceptada para comenzar su preparación para llegar a ser Franciscana Misionera de María, pasa algún tiempo viviendo en una de nuestras comunidades
Durante este tiempo, que se llama pre-noviciado, discierne, con la comunidad si tiene una llamada personal de Dios y si posee las aptitudes necesarias para vivir la vida de las FMM. Descubre, gradualmente en qué consiste la vida de las FMM y su carisma. Al final de este periodo decide si quiere comprometerse en la vida religiosa o si quiere seguir otro camino.
El noviciado dura al menos dos años. Es el comienzo de la vida religiosa. Es un tiempo intenso de formación inicial. Tiene por objetivo asegurar que la novicia recibe una formación según las constituciones de las FMM y proporcionarle la oportunidad de discernir la evolución de su vocación. Al final de este tiempo, las novicias pronuncian sus votos de pobreza, castidad y obediencia, por tres años (el lugar está por confirmar).
Es un periodo en el que las profesas temporales profundizan su vida de oración, experimentan en profundidad, la vida comunitaria y pueden ser enviadas a una misión fuera de su país.
Antes de la profesión perpetua, cada hermana se toma un tiempo de reflexión y de oración intensa, de tres a seis meses, según sus necesidades. En el momento de la profesión perpetua, la religiosa recibe su primer envío de la Superiora General asignándole una misión, que puede ser en cualquier país en el que trabajen las Franciscanas Misioneras de María.