Mi vida en el corazón de la misión “Vete, deja tu pueblo…” Gn 12,1

Apenas había terminado mi formación en el noviciado, cuando en octubre de 2020 fui enviada en misión al Camerún, el segundo país que constituye mi Provincia del Congo Brazzaville-Camerún, concretamente a Kouoptamo. Es en esta comunidad en la que la hermana Nilda Munis da Costa hizo una parte de su experiencia misionera. Fue precisamente su testimonio misionero el que fue para mi fuente de estímulo y entusiasmo para vivir más mi vocación misionera. Me permito compartirla con vosotras dejando que ella misma os la cuente.

La hermana Nilda es FMM, brasileña de nacionalidad, de la provincia de Brasil. Fue enviada a la provincia para una experiencia de tres años. El 26 de Enero de 2018 tocó tierra del Congo por primera vez.

Escuchemos a la hermana Nilda compartirnos su experiencia misionera.

“Mi envío en misión a la provincia del Congo Brazzaville-Camerún ha sido para mi una gran alegría y una gracia. La acogida calurosa que me dispensaron hizo crecer en mí el sentido de pertenencia al Instituto y me ha rejuvenecido más y más.

Despues de estar algunos meses en Brazzaville, Congo, la provincial me envió a la comunidad de Kouoptamo en Camerún, donde hice un servicio en la Biblioteca y más tarde en la sacristía.

Me encontraba en Brazzaville, en Santa Ana, para asistir a una Asamblea Provincial que no tuvo lugar a causa del Covid 19 y porque impartía una sesión en nuestro complejo escolar “Beata María Asunta”. Despues tenía que volver a Kouoptamo. Pero a causa de la pandemia del coronavirus y de las restricciones de viajes pasé allí siete meses y siete días.

La oración personal y comunitaria ha sido siempre el motor que ha alimentado mi vida durante mi misión. Mi misión me ha gustado mucho y me ha hecho crecer sobre todo en la concepción de nuestra vocación misionera que debe comenzar en comunidad antes de ir al exterior. Estamos llamadas a vivir juntas en la fe como comunidad, a desarrollar la unidad en la diferencia, lo cual no es siempre fácil. He aprendido a ser paciente y más sencilla.

Para mí esta experiencia ha sido como un sueño con los pies en la realidad “como Abraham, he dejado mi provincia y mi país por primera vez”. He amado el pueblo al que he sido enviada. Un pueblo acogedor, dinámico, agradecido y jovial. Desgraciadamente la juventud está abandonada a su suerte. Los jóvenes tienen que hacerse cargo de ellos mismos a través de trabajos del campo o del comercio, concretamente en Kouoptamo. Así es que no disponen de suficiente tiempo para sus estudios. Los matrimonios religiosos no son frecuentes. Esta experiencia me ha enseñado que los pueblos necesitan nuestro testimonio de vida y nuestra presencia.

Estoy contenta de haber conocido a todas las hermanas de la Provincia, de haber compartido momentos inolvidables con ellas. Al volver a mi casa, al Brasil, me he convertido en una nueva persona. Muchas cosas han cambiado en mí. Estas bases descubiertas durante mi experiencia en esta provincia van a ayudarme a continuar mi misión en la paz, el gozo, la confianza y el abandono total a Dios y a su voluntad.

Gracias a hermana Françoise Massy que me ha permitido hacer esta experiencia de tres años en el Congo Brazzaville-Camerún y muchas gracias a hermana Regina que me acogió y a hermana Julienne que me ha acompañado y a todas las hermanas de la Provincia”.

 

Hermana Assise Kibangou, Fmm