Vivir el Carisma – Vivir el don

“Nuestro Carisma, confiado por Dios a María de la Pasión, nos compromete a seguir a Cristo que se entrega al Padre por la salvación del mundo, en el misterio de su Encarnación y de su Pascua”. Constituciones 1.2

Estoy convencida de que, al leer estas palabras, muchas de nosotras podríamos decir: “estas palabras las conozco, las he leído ya bastantes veces, me son familiares”. Probablemente con esto bastaría, si no fuera por el hecho de que no son solamente palabras, sino una invitación muy específica a hacer de nuestra vida un DON. Según las diferentes etapas de la formación he percibido estas palabras de modo diferente y esto ocurre así porque experimento de verdad que el carisma es la vida. El carisma vive si yo vivo.

“Este carisma se vive en la actitud fundamental del Ecce y el Fiat de María, que en la fe y el servicio humilde, ofreció todo su ser en disponibilidad de amor, para que el Espíritu realizara en ella la obra del Padre.” Constituciones 1,2. En consecuencia no se puede decir que no recibimos nada cuando damos algo. En María el Espíritu ha hecho cosas grandes.  ¿No las puede hacer, igualmente, en mí?

En el servicio que yo llevo a cabo desde hace 15 años, la catequesis de los niños y de los jóvenes, así como en todas las actividades pastorales, el compromiso y la presencia son muy importantes. Todo me absorbe, a veces me da satisfacción, otras veces, me genera frustración. No obstante, la conciencia del DON me hace ir más allá. Actualmente, desde hace tres años, trabajo en una escuela primaria en Okuniew, cerca de Varsovia. Desde este año, doy 25 horas semanales de catequesis desde la clase de tercero hasta la de octavo e imparto cursos en infantil. Además, preparo a los niños para la Primera comunión y a los jóvenes para la Confirmación. Estos preparativos tienen lugar en una parroquia donde un único sacerdote, enfermo, ejerce su ministerio, por lo cual cualquier servicio parroquial necesita que se esté atento, el establecimiento de relaciones con las familias, el mantenimiento de buenas relaciones con el colegio. A pesar de todas las amenazas de los tiempos modernos la oportunidad de trabajar en un colegio se vuelve una misión. Es aquí donde cada día tengo que tratar con “materia viva” que debo afrontar y amar.

En mi adoración cotidiana descubro todo lo que puede ocurrir en mí en esos instantes ante el Santísimo. Cuántas buenas inspiraciones, ideas, relaciones curadas, encuentros que nacen en silencio.

En este mundo de hoy en el que la fe es considerada como una de tantas ideologías y la generosidad el servicio y la entrega parece que han perdido su valor, el compromiso de imitar a Cristo toma una particular significación. Cada día descubro que SU PRESENCIA está en mí y la mía, donde soy enviada.

 

Beata Karwowska, fmm