¡¡¡Wow!!! ¡¡¡Gracias!!! ¡¡¡Feliz estoy!!! Estos sentimientos resonaron en todo momento mientras aplaudíamos la exitosa realización de nuestro Cenáculo.
El día transcurrió como estaba previsto con las formalidades finales de la votación, la firma de las actas del Capítulo, los agradecimientos y el mensaje final de la Hermana Eufemia. El punto culminante del día fue la solemne eucaristía de clausura celebrada por el cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Predicó sobre la «vuelta a casa» a nuestro contexto. Fue una culminación perfecta de un camino muy saludable. Habíamos entrado en la posada del Cenáculo el 12 de marzo con «Aquí estoy». Vinimos, vivimos, experimentamos y ahora volvemos «cada una a su casa» (Jn 7,53).
Volvemos enriquecidas con lo que hemos visto y oído y experimentado…. para compartirlo con nuestras hermanas, nuestro pueblo, nuestro contexto. Este envío misionero fue entregado a los miembros de las regiones de manera muy solemne y tangible por la Hermana Eufemia. Sentimos la presencia y la acción del Espíritu Santo en todo momento. Que ella, «Ruah», siga inspirándonos. Que María de la Pasión nos guíe. Confiamos nuestro camino a la guía de María, nuestra Madre.
