Deseando y buscando la paz en medio del sufrimiento, la incertidumbre y la ansiedad

Os dejo la paz,

Os doy mi paz.

No os la doy como os la da el mundo

(Jn. 14, 27)

 

¿Qué significa la verdadera paz? ¿Cómo encontrarla en la incertidumbre de la vida cotidiana, en los momentos de peligro, en el cansancio de oír las alarmas? ¿La paz es posible?

La guerra continúa… La vida cotidiana en el este de Ucrania plantea todo tipo de preguntas, particularmente preguntas sobre la paz. Porque

La guerra continúa… La vida cotidiana en el este de Ucrania plantea todo tipo de preguntas, sobre todo, preguntas sobre la paz. Porque todo en el exterior apunta a una falta de paz y justicia. Así es, que, en esta búsqueda de respuestas, me gustaría compartir una experiencia personal y comunitaria de búsqueda de la paz.

Un aspecto de nuestro carisma es la espiritualidad franciscana. Siguiendo el ejemplo de San Francisco, con sencillez de corazón, queremos llegar a todos y llevarles la paz del mismo modo que la llevó el Santo. Para llevar la paz de Cristo, necesitamos primero recibirla y experimentarla en nuestras vidas. Por eso aprendemos de San Francisco a escuchar las palabras de Jesús sobre la verdadera paz que Él es.

Desde mis primeros días en Kryvyi Rih, doy gracias a Dios por haberme dado esta oportunidad. Estoy agradecida a mi comunidad, que es un gran regalo y un gran apoyo en este lugar. Juntas, estamos aprendiendo a escuchar los signos del tiempo presente, a unirnos en el camino común de la Iglesia en el este de Ucrania. En la actualidad, hay multitud de necesidades a todos los niveles, desde las necesidades humanas básicas hasta las espirituales, emocionales y psicológicas…. Los peligros y las constantes amenazas a la vida causadas por la guerra hacen que los niños, los jóvenes, los soldados y sus familias, y los ancianos estén todos necesitados. La lista es interminable.Los peligros y la constante amenaza a la vida causados por la guerra significan que los niños, los jóvenes, el personal militar y sus familias, y los ancianos están sufriendo. Su lista aumenta a medida que la guerra continúa. Por otra parte, ahora es el momento de llevar la paz y la confianza en Dios a lugares y personas concretas. Como comunidad, participamos en la preparación y distribución de comidas a los pobres y marginados de nuestra iglesia. En la comunidad parroquial, trabajamos en la preparación de la liturgia de nuestra parroquia y en la catequesis de niños, jóvenes y adultos. Dos veces por semana, niños de la parroquia, niños de familias «patológicas» y niños de familias pobres, vienen a nosotros para compartir actividades. Es un tiempo de comidas compartidas, actividades de apoyo y catequesis, donde llegamos, juntos, a conocer a Dios.

Estoy encantada de participar en clases semanales de musicoterapia con niños y jóvenes autistas. Es una oportunidad para hacer música juntos, escuchar los bellos sonidos de la música, cantar, expresar sus emociones y enseñarles a afrontar esta época de guerra a través de la música.

En nuestra vida cotidiana, hay muchas oportunidades de llevar la paz a los demás, comenzando  por el gesto  más sencillo: una sonrisa, que puede alegrar el día y devolver la esperanza en medio del cansancio de la guerra. Por eso es tan precioso e importante confiarnos cada día a Jesús, que es la verdadera Paz. Sólo Él puede enseñarnos a vivir, a servir en este lugar y a convertirnos en sus testigos. Él, el Señor resucitado ¡Un Dios que no abandona a su pueblo, sino que está siempre con él!

 

Yana Chop, fmm