El título anterior procede de una frase de la primera meditación de María de la Pasión, del 14 de diciembre del 1885.
La experiencia que sigue es la que tuve al comienzo de mi misión como directora de nuestra gran escuela ‘Regina Pacis’ (Reina de la Paz) en Bogor, Indonesia. Durante mis 40 años de vida FMM, he obedecido con facilidad. Cualquier tarea que se me encomendaba, la aceptaba sin hacer demasiadas preguntas, sin ni siquiera dialogar o discutir con la provincial para intentar rechazar un encargo… ¡Nunca! Sin embargo, para esta última tarea, la responsabilidad de la gran escuela ‘Regina Pacis’ en Bogor, tuve que dialogar tres veces con la provincial, con la esperanza de que accediera a cambiar sus planes respecto a mi envío a esta Escuela. ¿Por qué ocurrió esto? Porque en mis 40 años como FMM, nunca había trabajado en el campo de la educación, especialmente en una escuela del tamaño de Regina Pacis.
Hoy en día, la labor educativa está sujeta a muchas exigencias tanto por parte del Gobierno, como de los padres. Tenía miedo, preocupación, un sentimiento de inadecuación e inferioridad y cosas por el estilo. Existía en mí la preocupación de que la calidad de esta escuela bajara por mi culpa.
En el tercer diálogo con mi provincial, su respuesta a mi pregunta fue simple y breve: «Si no eres tú, ¿entonces quién? Con esta respuesta y después de dialogar tres veces, sentí que no podía seguir negándome. Acepté el envío por obediencia, simplemente por obediencia. Realmente, no sabía nada de una escuela.
Pasaron días, semanas, meses en esta misión. Los tres primeros meses me sentí en el purgatorio. Incluso físicamente, mi salud estaba perturbada. Y en mi corazón había muchos sentimientos negativos.
En esta situación, traté de aprender de María, nuestra Madre, que dijo «Sí» al ángel cuando no comprendía lo que iba a suceder, que dijo «Sí» sin importarle los riesgos.
Esta reflexión sobre nuestra Madre María se ha convertido en una fuerza particular para mí. Con una actitud de abnegación, empecé a trabajar en la Escuela con todo mi corazón, sin dudar nunca en hacer preguntas y sin dejar nunca de pedir a Dios su ayuda en este trabajo.
Ahora, llevo cuatro años al frente de la Escuela Regina Pacis de Bogor, con sus 2.800 alumnos (desde Educación Infantil hasta Bachillerato) y 193 compañeros. Me he enfrentado a muchos retos y dificultades, pero también he tenido muchas experiencias maravillosas por las que estoy agradecida. Y creo que todo esto es obra de Dios en este campo de la educación.
Yo también he cambiado mucho, ya no tengo miedo como antes, los problemas se pueden resolver, mi experiencia es mayor, y sobre todo, lo más importante, cada vez estoy más convencida de que Dios es realmente el Emmanuel, que nos sigue acompañando en esta tarea educativa.
En verdad, el consejo de María de la Pasión, escrito en 1885, sigue siendo muy actual. «La obediencia es el voto de la transformación.” Yo he sido transformada porque he obedecido.
De lo que más agradecida estoy es de que en esta gran comunidad educativa podamos transmitir el espíritu de la Madre Fundadora a nuestros colegas y alumnos. «Ad Veritatem per Caritatem – La Verdad por de la Caridad» una de las palabras favoritas de nuestra Fundadora es el lema de nuestra escuela y los caracteres ‘CHIPS’ (Liderazgo de Compasión, Humildad, Integridad, Paz y Servicio) que extraemos del espíritu de nuestra Fundadora y de San Francisco, los hemos inculcado en la familia de la Escuela Regina Pacis.
Cada año hacemos una novena antes del 15 de noviembre, y siempre tenemos un taller de dos días para el nuevo personal para permitirles conocer mejor a nuestra Fundadora e introducirles en el espíritu de CHIPS. Esperamos que el espíritu de María de la Pasión siga extendiéndose por toda la familia del Colegio Regina Pacis.
Qué agradecida estoy de tener una madre que me dio ese consejo, que sigue siendo muy apropiado hoy en día. María de la Pasión, te queremos y te damos las gracias. Ruega por nosotros. Amén
Sor Christina Sri Murni, fmm
