Transformación hacia la Región

Novicios

Soy la hermana María Yaw Myu Mang, de la provincia de Myanmar. Me gustaría compartir con vosotros un pequeño evento de nuestra vivencia diaria del carisma en una comunidad intercultural. Como FMM, estoy feliz de vivir en comunidad, la interculturalidad es uno de los hermosos regalos de Dios. Como «cuerpo» -nuestro Instituto- estamos en un viaje de transformación para constituirnos en “región»: comprender y estudiar otra cultura es uno de los aspectos esenciales en nuestro Instituto. Comprender y apreciar nuestra propia cultura ayuda a abrazar otras y también es necesario para ser una buena misionera universal.

El artículo 35 de nuestras Constituciones dice: «Enviadas y dedicadas a la misión universal según nuestras prioridades, nos comprometemos de manera específica en la Iglesia, entregando nuestra vida en total disponibilidad, como María.  Nuestro dinamismo apostólico brota de la Eucaristía.”
La Visión surgida en el Consejo General Ampliado de 2018 nos da nuevos principios que nos guían: «Preparamos a las hermanas jóvenes para la misión universal desde el inicio de la formación inicial» (Visión 3.1). Nos invita y estimula a vivir nuestra vida de forma más fructífera, significativa y responsable. Debemos preparar a las jóvenes para el futuro.

Nuestro país es multicultural y tiene muchos dialectos. Tenemos que aprender las lenguas para ser buenas misioneras porque cada estado tiene la suya propia. Tenemos excelentes oportunidades para aprender unas de otras con nuestros internados y durante la formación. Muchas de nuestras vocaciones provienen de los internados.
En tres grupos celebramos la fiesta de María de una manera muy hermosa y significativa. Nos entusiasmamos con esta fiesta cultural y formamos tres grupos: las hermanas que se preparan para los votos perpetuos, la comunidad del noviciado y las chicas de los internados.  Fue muy significativo y lo disfrutamos. También fue un reto para todas nosotras, porque muchas no conocemos bien nuestros dialectos, ya que utilizamos el “Myanmar” (birmano) como lengua común. Sin embargo, fue una celebración muy sencilla, tan sólo una semana nos llevó la preparación, ensayar las canciones, aprender las tradiciones y compartir con los demás.
Durante la hora de adoración utilizamos nuestras propias lenguas locales (Myanmar, Kachin, Shan, 4 tipos de dialectos Chin y Kayah.) Fue de nuevo una oportunidad para aprender el valor y el significado de nuestros dialectos y culturas, para prepararnos para acoger los de los demás, y estar listas para la misión universal; una buena base y un buen comienzo para apreciar las culturas, un abrir los ojos para nuestras hermanas jóvenes, novicias y chicas del internado.
Pudimos apreciar cada cultura y cambiar y refrescar nuestros esquemas mentales. Fue todo un acontecimiento en nuestra vida comunitaria, planeado para estudiar y conocer nuestra cultura y para acoger a otros en la vida internacional.

Hermana Maria Yaw Myu Mang, fmm